HAMAIKA echa a volar dirección Oeste a toda vela, todo bien empaquetado en nuestra furgo. Nuestros carteles antieólicos, las piezas maravillosas de 11 compañeras ilustradoras y también las esculturas de Iñaki Sanchez, que llegaron volando desde Zubieta.
Atravesamos Zalla, San Martín, Traslaviña. Curva tras curva: pancartas y montajes antieólicos allí donde miras. La esperanza es un canto de viene antaño… y no tiene fin.
Viajamos preparando la charla para la inauguración: sobre los clichés infantilizantes que manejan desde los partidos (no importa de qué color), grupos pseudoecologistas y empresas macrorrenovables para intentar desacreditar al movimiento por la defensa del territorio.
Nos reciben nuestros compañeros en la Toba con todo el mimo, los brazos abiertos, y un platazo de garbanzos épico. En la gloria: los perros y las gallinas corretean por el huerto, y tenemos todos los montes de Enkarterri a nuestro alrededor, libres de molinos.
HAMAIKA viaja en espirales, y deviene semilla. Sus frutos, tienen alas.
En Enkarterri, la llama no ha tardado en prender. Por algo es primavera! Las compañeras de la zona han creado ya un proyecto propio. Pájaros y flores nace en respuesta a la amenaza inminente de varios proyectos eólicos en la zona de las Encartaciones. 11 voces, manos que danzan, instrumentos mágicos, se enfrentan a estos gigantes y su delirio panindustrial. La tierra se pone en primer plano y la lluvia resuena de fondo.
Y compas de Enkarterri, nos relatan:
“Pájaros y flores surge en el entorno de la plataforma Enkarterrin makroeolikorik EZ ante la presentación de la expo itinerante HAMAIKA en Balmaseda y frente al abuso que produce desequilibrios en Gaia. Se conforma como proyecto sonoro activista. El objetivo es recuperar la música como acción comunitaria que difunde imaginarios asequibles frente al sonido único y adulterado de la industria cultural. La referencia es orgánica, con un coro que potencia el mensaje poético de los temas elegidos con todos los matices de sus voces, con rebeldía y ternura feroz. También hay instrumentistas de distintas procedencias y escenas, desde la música brasileña hasta el rock radical, o el jazz y la formación clásica.
Pájaros y flores es una respuesta a la práctica de la industria y las instituciones que excluyen lo diferente como si fuera prescindible. Como si la vida, los pájaros, las flores, la tierra y el agua fueran secundarios frente al beneficio y el lucro de unos pocos. Ante ellos levantamos una barricada sonora, un canto trenzado de aromas difundidos por el viento, un potente zumbido que sirva como faro en la niebla, como avispero que se defiende de las agresiones.”
El Klaret se alzó,